1. Es necesario realizar una buena limpieza al menos una vez al día (normalmente al final de la jornada). Es la forma más práctica de mantener los espacios limpios y más segura para controlar cualquier tipo de virus o plagas bacterias.
2. Cuida la higiene del personal que tienes trabajando en la cocina. La gente que viene del exterior puede llevar consigo elementos que pueden producir algún tipo de toxicidad en la cocina. Por eso es imprescindible establecer un protocolo de higiene para que toda la gente que viene del exterior se asegure seguir las normas de higiene en el momento de entrar en el espacio de trabajo.
3. Evita dejar cualquier resto de comida en las instalaciones, fuera de sus espacios. Esto podría atraer plagas de roedores e insectos.
4. Ten en cuenta la importancia de mantener limpios, no sólo los espacios, sino todos los utensilios de cocina, platos, cubiertos, vasos, elementos de corte... Procura elegir los productos adecuados para tener siempre los utensilios desinfectados.
5. Utiliza productos de limpieza simples, como desinfectantes clorados, o en base de amonios cuaternarios para suelos y superficies. Son productos de gran eficacia por la función que deben llevar a cabo y poco agresivos con las zonas donde se limpia.
6. Utiliza productos de alto poder detergente y desengrasante por todas las superficies expuestas al uso diario y continuo de trabajo, como campanas, fogones, horno, máquinas de limpieza de vajilla...
7. Utiliza productos suaves para la limpieza de estanterías, estantes y vitrinas. Es mejor utilizar productos que sabes que no son agresivos no estropear las superficies que deben limpiar.
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