Como hemos visto, es muy importante tener los recursos necesarios para evitar la propagación de la listeria, ya que se pueden encontrar cepas esporádicas en plantas de producción alimentaria, en algunas ocasiones, son eliminadas por los procesos de desinfección y limpieza habituales. En otras ocasiones, no hay tanta suerte y estas cepas persisten en superficies durante semanas, debido a que tiene una resistencia mayor a las condiciones ambientales, este patógeno puede crecer en temperaturas entre -1ºC a 45ºC. Además, también es resistente a sistemas de refrigeración comunes, condiciones de desecación y detergente con valores de pH compatibles con la bacteria.
Aunque parece que sea una cepa muy complicada de controlar, la mayoría suele aparecer por deficiencias en los mecanismos de control de este patógeno en la industria. Por eso, es imprescindible no escatimar recursos en operaciones de desinfección y limpieza.
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